sábado, 1 de enero de 2011

Dicen

Dicen que las vivencias de cada uno nos hacen seres buenos o malos, siendo la realidad de la vida más que situaciones que nos hacen ser, todo lo que fuimos, somos y seremos lo lleva a cabo es ese ser supremo. No importa lo que piensen, murmuren o expresen, lo único verdaderamente cabal y congruente es lograr que las verdades de Dios no la escondan ni la tergiversen.

Dicen que hay que buscar amores, pero las realidades son otras como que aquellos que buscan dichos amores son aquellos presos de múltiples temores, porque el amor no se busca, el amor es tan real que se ve en los amaneceres, en las plantas, en cada cosa ya existente, no caminemos en busca de un “AMOR,” caminemos junto a Cristo purificando con su espíritu nuestro concupiscente pero hermoso corazón.

Dicen, todos suelen hablar, de alguna manera sus sentimientos explorar, aunque a nivel personal mi interior quisiera yo cerrar, ya que la crudeza de cada alba que con mi cara se tropieza pone sobre mí un tono sarcástico, llevándome a una búsqueda dramática, apocada y absurda conceptualizándome dentro de definiciones que muchas veces no distan de ser destructivas, por esta razón camino hacia aquel que alienta a los que tienen los sueños y las ilusiones en una barca dentro del mar aparentemente perdidas.

Dicen, dicen y dicen lanzan palabras al viento deseando causar en mi un buen efecto, pero quisiera gritar fuertemente y que el mundo por un instante quedara en silencio, quisiera aun mis manos quietas dejar, porque la mayor parte de mi tiempo anhelo un alma muda ya que cuando no busco a Cristo vivo en una tristeza aguda, por eso clamo diariamente para que me dé su aliento y me deje ser para él un gran instrumento. 

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