No me puedo expresar, por alguna razón que no logro explicar mi boca enmudece cuando realmente espero gritar, sentirse frágil no es malo, pero irremediablemente nos limitamos cuando vemos carnalmente lo que nos rodea, volviéndonos personas un tanto incongruentes, hazme morar en la tenue brisa del silencio, mi ser se desangra, siendo como un cachorro que da aullidos de hambre, sed, tristeza o angustia, lo único verdadero es que como tú, desearía estar colgado en un madero.
Es molestoso anhelar afanosamente de mi ser las palabras querer sacar, me siento como un infante quien espera diariamente mientras crece aunque sea una silaba poder balbucear, vivo divagando, irónicamente sabiendo que solo con Cristo puedo conseguir lo que necesito como complemento, siento que la vida se me dispersa como el viento, preso, lleno de grilletes continuamente, ese es mi tormento.
Morir así sería la victoria para el gestor de todos los males, para él, dejar mis ideales sería un buen triunfo, logrando esto lanzaría sobre mí una risa sarcástica, no dejando de ser lo más insensato y degradante que es, desea fervientemente llevarme al seol, dice que espera matar todo lo que soy, arrastrándome a la desesperación de aparentemente no tener yo donde ir, lo último que digo es que hoy mi alma dentro de mí se quiere deprimir, pero tengo a aquel que sana mi existir.
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