Muchos ángeles vinieron a morar entre nosotros, ángeles del cielo que llegaron a este mundo dejando de ser omnipresentes, para convertirse en seres carnales y vivientes, son pequeños pero porque se olvidaron de su adultez, permaneciendo en su niñez, siendo la sabiduría su medida justa.
Sonrientes y simple y sencillamente seres especiales dados a la gente, valientes, esforzados, con el anhelo de siempre quedarse a nuestro lado, demostrándonos que para Dios somos lo mas eternamente amado.
Yo a uno conocí, risueño, comprensivo y juguetón, diariamente compartíamos, carcajeábamos o llorábamos, puedo decir libre y entrañablemente que nos amábamos, por esto digo silenciosamente mi angelito, amoroso y pequeñito, llamado por el excelso y siempre eterno mi ángel del cielo, amiga, hija y hermana, tu nombre es fuerte y valiente así eres por el cielo llamada.
Como tu hay muchos ángeles del cielo pero sin temor a equivocarme expresaría que eres el más bello, tus bracitos, toda tu esencia le abre las puertas a amores sinceros, si supiera expresar la medida de lo que te amo lo haría, es tanto amor que moriría amándote, las palabras me son escasas para decir lo que dentro de mi pasa, solo sé que en el transcurrir de mi vida más te amo, si estuviera contigo quisiera expresarte mi amor en un eterno abrazo, diciéndote que eres mi más hermoso regalo, lo único que necesito y a papito Dios solicito es que me deje seguir viendo tus ojos que para mí siempre serán mis bellos luceritos.
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